martes, 2 de noviembre de 2010

Huracán elástico

Todos hemos jugado alguna vez con una goma elástica, retorciéndola, estirándola para después soltarla, forzándola hasta romperse, tensándola para lanzar algún objeto ... Pues resulta que el estudio del comportamiento de estos elementos tan simples se puede aplicar a las fuerzas que gobiernan la superficie del Sol, sometida a gigantescas y violentas tempestades por las fuerzas magnéticas.
Las manchas solares son zonas más frías que las contiguas, que aparecen y desaparecen continuamente.

Sobre ellas se levantan llamaradas de materia solar que forma llamativas elipses al desprenderse de la superficie para volver a caer en ella. Una de estas llamaradas, desatada en la mancha solar 930, fue grabada por la sonda solar Hinode y permitió observar con detalle sus contorsiones.
Los campos magnéticos solares se comportan como las fuerzas elásticas contenidas en una banda de goma al retorcerla. Si el nivel de torsión en la banda supera cierto valor de umbral, las fibras elásticas se romperán y la energía contenida en la goma se liberará de forma violenta. Igualmente, en el remolido que se forma sobre una mancha solar, las líneas de fuerza magnética se retuercen y se estiran hasta que la tensión alcanza un punto de quiebra.
La imagen del Hinode permite apreciar que el huracán es un gigantesco tubo de flujo magnético que sale por debajo de la superficie del Sol, y según va rotando las líneas de campo magnético se retuercen y se estiran, mientras que las polaridades N y S se aproximan tanto que la acumulación de tensión y energía ocasiona la explosión. La llamarada lanzó al espacio una masa de gas de unos mil millones de toneladas. La nube alcanzó nuestro planeta un día después y dio lugar a grandes aureolas boreales e interferencias en las telecomunicaciones.

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