lunes, 11 de febrero de 2013

Por qué el universo no es un ordenador, después de todo

Artículo publicado el 4 de diciembre de 2012 en The Physics ArXiv Blog (Traducido en Cienciakanija.com)

 La idea de que nuestro universo es un ordenador cósmico gigante, impregna la ciencia moderna. Ahora, un físico dice que esta suposición es peligrosamente incorrecta. Una de las fuerzas motrices de la ciencia moderna es la idea de que el universo “calcula” el futuro, tomando algunos estados iniciales como entrada y genera los estados futuros como salida. Este es un potente enfoque que ha producido mucho conocimiento.

 Algunos científicos van más allá, y dicen que el universo es un ordenador gigante. Matrix Crédito: David Asch ¿Es razonable esta suposición? Ken Wharton de la Universidad Estatal de San José, en California, hace una importante defensa sobre que no lo es. Su miedo es que la idea del universo como un ordenador es preocupantemente antropocéntrica. “Es, básicamente, la suposición de que la forma en que los humanos resolvemos problemas de física, debe ser la forma en que realmente funciona en universo”, señala. Es más, la idea se ha extendido a través de la ciencia si la consideración adecuada sobre su validez, o algún examen de las alternativas. “Esta suposición… es tan sólida que muchos físicos ni siquiera pueden imaginar qué otro tipo de universo podría ser conceptualmente posible”, señala Wharton. Defiende que una visión más de cerca a la idea del cosmos como un ordenador, revela importantes problemas.


 Wharton analiza varios. Por ejemplo, un cálculo implica tres pasos. Primero, el mundo físico debe correlacionarse con un estado matemático. Luego, este estado matemático evoluciona a un nuevo estado. Y, finalmente, el nuevo estado vuelve a correlacionarse con el mundo físico. En la mecánica cuántica, esto solo puede suceder si este paso final es probabilístico. Tal como escribe Wharton: “Ni siquiera el universo sabe qué salida concreta se producirá”. Y aún más, cuando se mide el universo, se produce una salida específica. El funcionamiento de un ordenador no puede tener esto en cuenta.

Para Wharton, este es un error clave que la mayor parte de los físicos simplemente pasan por alto. También es una pista importante el hecho de que la idea del universo como un ordenador sea una simple suposición, y una que nadie ha cuestionado rigurosamente. “Es la suposición menos cuestionada (y más fundamental) que tiene el mayor potencial de llevarnos por el camino equivocado”, comenta. Las consecuencias son profundas. “Gracias a este profundo sesgo, es posible que hayamos pasado por alto la descripción real; las pruebas, cada vez más sólidas, de que las leyes fundamentales que gobiernan nuestro universo no pueden expresarse en términos de una computación tradicional”. Para demostrar esta afirmación, Wharton pasa una parte significativa de su artículo explicando una visión alternativa del cosmos que no depende de la computación tradicional.

Es la formulación de Lagrange de las leyes de la física, basadas en el principio de mínima acción. Un ejemplo es el principio de que la luz viaja a través de la distancia más corta entre dos puntos. El método de Lagrange es, básicamente, definir el punto inicial y final, examinar todos los posibles caminos, y elegir el más corto. “Desde este enfoque, la razón por la que la luz se dobla en el punto de contacto entre el aire y el agua no es debido a una cadena algorítmica de causa y efecto, sino debido a que, globalmente, es más eficiente”, explica Wharton.

 Cualquiera que esté familiarizado con este enfoque sabrá de su elegancia y belleza. Pero los críticos se preguntan cómo puede saber el rayo de luz su punto de destino cuando empieza su viaje. Wharton dice que estas críticas usan un argumento como este: “Sí, [el método de Lagranged] puede ser hermoso, puede ser potente, pero no es realmente como funciona nuestro universo. Solo es un truco útil que hemos descubierto”.

Pero este argumento es, en sí mismo, profundamente antropocéntrico, dice Wharton. Asume que el universo debe funcionar de la misma forma que nosotros resolvemos problemas – que el universo está tan “a oscuras” sobre el futuro como nosotros. Desde luego, hay muchos buenos argumentos para pensar que el universo funciona como un ordenador convencional.

El punto que señala Wharton es que también hay otras formas de pensar sobre el cosmos que podrían proporcionar importante conocimiento nuevo. Si lo ignoramos es bajo nuestro propio riesgo. Una lectura interesante.

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