sábado, 21 de febrero de 2015

Alimentos naturales, los número E-XXX en alimentos y mucho más.



¿Veis esto? ¿Da mal rollo eh? Cuánto químico junto en un mismo producto... Incluso diría que es un cigarro.

Seguro que has leído en centenares de etiquetas las palabras "Sin colorantes ni conservantes", haciéndotelo ver como algo bueno. ¿Nunca te has preguntado qué significan esos númeritos que salen en los envases de los alimentos y otros productos? Sí sí, hablo del E-300 o cosas así que ni nuestro padre el manitas que repara todo sabe qué narices es. Parece malo, algo industrial, suena a química. Pero eh, ¿qué pasa si te digo que el E-300 es simplemente vitamina C?

Sin ir más lejos, nuestro amigo y yayo Punset en el famoso spot publicitario del Pam Bimbo 100% Natural (¿Y se pondrá duro?) nos servirá de ejemplo de como la publicidad intenta engañarnos utilizando medias verdades o simplemente, y para los vendedores más retorcidos mentalmente, mienten a sabiendas. Especial antención al minuto 0:20.






Sin números E, sin conservantes artificiales ni aditivos. Que empiece el show. 








¿Qué es lo Natural? ¿Lo Natural es mejor?

Para darte un ejemplo de lo que es Natural, te diré que el pintalabios rojo que utilizas en caso de que seas mujer, u hombre si se da la situación, es natural. El rojo carmín es un compuesto químico que se obtiene de la Naturaleza y que usamos para colorear los productos, desde la barra de labios hasta los ganchitos o doritos. Para que veáis que no miento, podéis ver que en las bolsas de Doritos pone en ingredientes E120, que es el código que permite detectar que lleva dicho producto. ¿Sabéis qué es el rojo carmín? Pues e obtiene aplastando insectos de la familia de la Cochinilla y parásitos de algunas espécies de cáctus. Hacen falta 100.000 hembras para obtener 1 kilo de producto. Aunque su extracción es natural, para obtener los colores más vivos se mezcla con aluminio, calcio o amoniaco. También se califica como Rojo Ácido de Carmín o CI Natural Red 4. Se emplea en sidras, vermouths, bebidas energéticas, golosinas, gelatinas, helados, postres, embutidos, palitos de cangrejo y sucedáneos de pescado o mariscos. También se utiliza en pintalabios, maquillajes y cosméticos, como ya hemos mencionado anteriormente. Quizá al saber que lo que os ponéis en los labios son bichos aplastado os ha quitado un poco las ganas de volver a ponéroslo, o quizá dejáis de comer doritos. Es simplemente uno de los tantos colorantes naturales, como el azafrán, que utilizamos.

También existen espesantes, como el E-441, o gelatina comúnmente. Ésta se extrae del colágeno procedente del tejido, piel, ligamentos, huesos, pezuñas y vísceras de animales o pescados. Aunque se dice que procede de proteínas puras, la realidad es que un gran porcentaje proviene de los restos del cerdo, por ser el método de extracción más rápido y barato.



¿Es mala la gelatina? No. En absoluto. Quizá su fabricación puede darnos cierto asquete, pero siendo científicos, no es en absoluto mala. Nosotros nos comemos tripas, tendones, pieles, muslos ... ¿Y lo buenos que están?

Así pues, podemos decir que lo natural es aquel compuesto que lo extraemos directamente de la naturaleza. El pam bimbo que anuncia Punset es tan natural como lo es el veneno de la serpiente de cascabel. No utiliza conservantes, ni aditivos ni cosas químicas malas... Claro. Así que puestos, he llamado a la Oficina Central de Pan Bimbo para comprobar que la levadura que utilizan no es química, sino natural. Con la mala suerte de que su horario de atención no acoge esta hora. Mañana volveré a llamar y subiré la conversación telefónica.

Si más no, puedo decir que para producir pan bimbo a niveles industriales utilizarán levadura química. Existen varios tipos de levadura. Los más conocidos son la levadura viva, que son un conjunto de microorganismos unicelulares que tienen por objeto alimentarse del almidón y de los azúcares existentes en la harina. Las levaduras forman parte de la familia de los hongos. Este proceso metabólico da lugar a la fermentación alcohólica cuyo resultado es etanol y dióxido de carbono (CO2) en forma de gas.

No obstante, en cantidades industriales, sospecho que utilizan levadura química que es un producto químico que permite dar esponjosidad a una masa debido a la capacidad de liberar dióxido de carbono al igual que las levaduras en los procesos de fermentación alcohólica. Se trata de una mezcla de un ácido no tóxico (como el cítrico o el tartárico) y una sal de un ácido o base débil, generalmente carbonato o bicarbonato, para elevar una masa (harina + agua), confiriéndole esponjosidad. 

Ahora bien: ¿Es mejor lo Natural que lo Artificial? En absoluto. Ni lo natural tiene por qué ser bueno, ni lo artificial tiene por qué ser malo. Esta es una falsa creencia que se ha infundado en nuestra sociedad hasta el punto de formar una especie de quimifobia, o miedo a lo químico o sinténtico. No existe ninguna evidencia que por regla general lo natural sea mejor que lo artificial. Por poner un ejemplo, el compuesto E-150 es el color caramelo y puede obtenerse sinéticamente como naturalmente. Desde el punto de vista molecular el E-150 artificial es exactamente igual que el E-150 natural, no existen diferencias, es idéntico, una copia. Es la misma molécula, de la misma manera que si cogemos agua del río y observamos sus moléculas de H20 o fabricamos agua artificial a partir de hidrógeno y oxígeno. Es idéntico. ¿Entonces, de dónde sale semejante fobia? Muy sencillo, de los medios de comunicación, de la publicidad.

Otro caso bastante curioso fue la mal llamada crisis del pepino. El brote del síndrome urémico hemolítico de 2011 fue un brote epidémico causado por la toxi-infección de un serotipo de la bacteria Escherichia coli, que produjo la muerte de al menos 32 personas en Alemania y más de un millar de infectados. 

El brote provocó una crisis alimentaria conocida erróneamente como crisis del pepino, pues realmente provenía de otro sitio. Tras una primera y errónea sospecha por parte de las autoridades de Alemania contra los pepinos españoles como causantes de la epidemia. Los análisis impuestos por la Comisión Europea demostraron que no había contaminación por E. coli en los cultivos españoles de pepinos en Almería, Granada y Málaga, y que la bacteria hallada en las muestras de pepinos importados eran de un tipo de E. coli distinto a la bacteria epidémica.

¿Sabéis de dónde salió esto? De la soja ecológica. De la soja Natural.



Los números E

Los números E son códigos asignados a los aditivos alimentarios y se encuentran normalmente especificados en las etiquetas de los productos alimenticios, sobre todo en la zona de la Unión Europea. El esquema de números que sigue se debe al International Numbering System (INS, Sistema Internacional de Numeración) según lo determinado por el órgano correspondiente del Codex Alimentarius. Los denominados "aditivos alimentarios" son sustancias que se añaden a los alimentos para mejorar su color, su textura, su sabor o, simplemente, para su conservación durante un período más largo de tiempo.

En España se consideran legalmente como aditivos a aquellas substancias añadidas intencionadamente a los alimentos para mejorar sus propiedades físicas, sabor, conservación, etc., pero no a aquellas añadidas con el objetivo de aumentar su valor nutritivo. En aquellos casos en los que la sustancia añadida es eliminada, o la cantidad de ella que queda en el alimento no tiene función alguna, no se considera un aditivo sino un agente auxiliar de fabricación.

Algunos aditivos, como la sal o el vinagre, se utilizan desde la prehistoria. Las consideraciones ligadas a la protección de la salud hacen que los aditivos estén sometidos a un control legal estricto en todos los países.


¿Pueden ingerirse sin riesgo?

Aunque mucha gente es muy ingenua con respecto a los aditivos, hay que decir que si no se ursaran en muchos de nuestros productos no se podrían consumir. En nuestra sociedad todo alimento debe pasar por unos controles de calidad muy estrictos y sin estos aditivos muchos de nuestros alimentos simplemente se estropearían al cabo de un par de días debido a las bacterias, la levadura y el moho, de modo que ciertos aditivos nos protegen contra un posible envenenamiento. Otros son imitaciones sintéticas de una sustancia natural, pero fabricadas en dosis altamente concentradas, como la riboflavina y el ácido ascórbico (Vitamina C), ya mencionada anteriormente. Sin embargo, la mayor parte de los aditivos se producen en laboratorios químicos. Entre ellos figuran la tartracina y los edulcorantes artificiales, como la sacarina u otros. Todos ellos tienen su propio código que debe especificarse visiblemente en la etiqueta del producto.




¿Son perjudiciales los aditivos?

Todos los aditivos son sometidos a rigurosos pruebas. Se prohibe el empleo de cualquiera de ellos que produzca efectos secundarios, y para cada una de las sustancias se ha establecido un nivel de seguridad que ningún fabricante debe exceder. Naturalmente, este nivel se mantiene en un mínimo permitido, muy por debajo de aquel fijado como seguro para el consumo humano, como garantía de seguridad para aquellos que ingieren una mayor cantidad de alimentos preparados. Es decir, que aunque a cierta cantidad producen efectos nocivos, nosotros los tomamos muy, pero muy por debajo de dicho límite para garantizar la seguridad y la salud de la sociedad.



Los aditivos y el cáncer

Las diversas investigaciones dedicadas a encontrar una posible relación entre los aditivos y determinadas enfermedades han llegado a la conclusión de que un 35% de todos los tipos de cáncer están vinculados con la alimentación. Sin embargo, los productos más sospechosos son los llamados «naturales», tales como la carne ahumada y el alcohol. No se tiene constancia de que los aditivos puedan contribuir a la incidencia de las enfermedades cancerosas. Al contrario, los conservantes que evitan la formación de moho sirven incluso para prevenir el cáncer, ya que el moho en sí se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar un cáncer estomacal o en el esófago. Asimismo, es posible que los antioxidantes intervengan en la prevención de otros tipos de cáncer.


Aquí tenéis un par de links, éste es un breve resumen de su clasificación, y éste es una página en la que explican la procedencia de dichos aditivos. Así que no tengáis miedo a la química. Debemos sentirnos orgullosos de que en nuestros días, los alimentos en la Unión Europea son los más seguros de toda la historia de la humanidad. 


Por cierto, la primera imagen con la lista de ingredientes no es un cigarro.


Piensa con la cabeza y no te dejes engañar. Espero que veas entonces lo absurdo del anuncio del Pan Bimbo. Tanto los números E como los conservantes son aditivos alimenticios, y los conservantes son un tipo de número E, de ahí lo idiota de separarlos como si fueran cosas diferentes. Y lo embotellan con erlenmeyers para que parezca químico y malo. 


Resumen: Se ríen en tu cara. Aquel que quiera saber más sobre cómo nos engañan con etiquetas ecológicas y naturales le recomiendo que lea Comer sin miedo de J. M. Mulet. Buenas noches.

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