sábado, 13 de agosto de 2011

¿Sería bueno colonizar la luna?

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Colonizar la Luna significa establecer comunidades humanas permanentes en su superficie. Para muchos esto suena a locura: por años hemos creído que en este astro no hay agua, aspecto esencial para poder asumir como habitable cualquier lugar del espacio. Sin embargo, investigaciones recientes afirman que en los polos lunares podría haber acumuladas grandes cantidades del preciado líquido, por lo cual se ha vuelto a considerar la idea de llevar la vida humana hacia allí.

Que los seres humanos se expandan por el Sistema Solar y otras regiones del espacio ha sido un tema recurrente en la ciencia-ficción. Con el avance tecnológico y la agudización de los problemas climáticos en nuestro planeta, ha aumentado el número de instituciones científicas interesadas en desarrollar proyectos de colonización espacial. Debido a su proximidad a la Tierra el candidato ideal para crear bases humanas permanentes por vez primera resulta ser la Luna.

Como cualquier proceso, la colonización de la Luna tiene ventajas y desventajas. El hecho de establecer las comunidades en un cuerpo natural garantizaría una fuente de materiales para diferentes funciones. Como la energía necesaria para enviar objetos al espacio desde la Luna es menor que desde la Tierra. Este satélite podría ser usado como estación para el abastecimiento de combustible de las naves espaciales.

Al parecer la luna tiene una gravedad favorable para el desarrollo fetal y para la salud humana. Si se logra colonizar, se probaría que los seres humanos pueden vivir bajo gravedades muy bajas. Por otra parte, es el mayor astro cercano a la Tierra, lo cual significa un gran ahorro de recursos pues el tránsito es muy corto ―3 días a mejorar en un futuro― y se podrían hacer rutas fijas de turismo. Los abastecimientos en caso de una emergencia podrían llevarse en poco tiempo.

En cuanto a las desventajas, los compuestos como el carbono, nitrógeno e hidrógeno se hayan reducidos, de modo que la dependencia a la Tierra puede ser grande y limitaría el crecimiento de la colonia. No se sabe con certeza qué sucedería con los organismos a bajos niveles gravitatorios.

Por otra parte, el enrarecimiento de este astro podría hacer que los rayos cósmicos afectaran la vida humana, así como permitir la entrada de meteoritos. El polvo lunar es una sustancia tóxica que se adhiere a cualquier cosa. Podría pegarse a los equipos con frecuencia y dañarlos.

Y por último, como elemento no tan evidente y, sin embargo, muy importante está la cuestión política. La propia Antártida tiene conflictos de posesión. Los problemas de soberanía lunar podrían ser más agudos. Las naciones implicadas deberían ponerse de acuerdo y crear regulaciones de zonas, lo cual dada la realidad del conocimiento que tenemos del Sistema Solar actual parece asunto complicado.

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