sábado, 11 de septiembre de 2010

Tejados y pavimentos de colores claros para suavizar el calentamiento global

Pintar de colores claros todos o casi todos los pavimentos y tejados de las zonas calurosas del mundo, ¿podría mitigar el cambio climático global?



(NC&T) La idea ha estado dando vueltas desde hace años, pero es ahora cuando un nuevo estudio a cargo de investigadores del Laboratorio Nacional estadounidense Lawrence Berkeley, que es el primero en usar un modelo global para buscar la respuesta a la pregunta, ha determinado que tener tejados y pavimentos "fríos" (de colores claros) en todas las ciudades de ciertas partes del mundo, no sólo refrescaría esas ciudades, sino que también mitigaría el calentamiento global.



Como los tejados blancos reflejan mucho más calor solar que los negros, los edificios con tejados blancos permanecerán más frescos. Si el edificio tiene aire acondicionado, lo necesitará menos, lo cual ahorrará energía. El beneficio no es sólo ese ahorro energético en aire acondicionado. Aunque el edificio carezca de aire acondicionado, el calor absorbido por un tejado negro calienta el espacio ubicado debajo de él, y además calienta el aire que fluye sobre él, lo cual hace subir la temperatura del espacio circundante, en un efecto conocido como Isla de Calor, y que es típico de las grandes ciudades.



Adicionalmente, hay otra forma, menos conocida, en que un tejado negro calienta el medio ambiente: irradia energía directamente a la atmósfera. Dicha energía es absorbida por las nubes más cercanas y termina finalmente retenida por el efecto invernadero, contribuyendo al calentamiento global.



Los investigadores del Laboratorio Lawrence Berkeley y sus colaboradores usaron un detallado modelo global de la superficie terrestre, desarrollado por la NASA, que contiene información regional sobre las variables de la superficie (tales como la topografía, la evaporación, la radiación y la temperatura), así como de la cubierta nubosa.



Comprobaron que durante el verano del hemisferio norte, el incremento de la reflectividad de los tejados y pavimentos en las ciudades con una población mayor de un millón de personas lograría compensar 57 gigatoneladas (57.000 millones de toneladas) de emisiones de CO2. De ellas, 31 gigatoneladas corresponderían a los tejados y las restantes 26 a los pavimentos. Esa cifra de 57 gigatoneladas es el doble de las emisiones mundiales de CO2 en el 2006, que fueron de 28 gigatoneladas.



Esta compensación es capaz, por tanto, de retardar un poco el calentamiento global, tal como señala Surabi Menon, del equipo de investigación.

Por supuesto, en las zonas del mundo en las que el calor veraniego se alterna con frío en invierno, lo verdaderamente útil para tejados y pavimentos sería colores claros en verano y oscuros en invierno, ya que si no el ahorro en aire acondicionado se perdería con el gasto extra de calefacción en invierno. Para que ese cambio de color resultase viable, debería ser automático, como por ejemplo mediante recubrimientos capaces de cambiar de color según la temperatura ambiente.

No hay comentarios :

Publicar un comentario