lunes, 15 de agosto de 2011

Científicos encuentran agua después de la muerte

Un grupo de científicos de la Universidad de California ha encontrado restos de agua después de la muerte, reforzando la posibilidad de que también pueda haber vida. “Hay evidencias de depósitos estacionales de agua helada que podrían estar asociados a la existencia de manantiales. De las muestras tomadas, procederemos a separar restos químicos prebióticos que demuestren que hubo vida y que podría haberla. Lo que no sabremos, al menos de momento, es si es una vida mejor o peor. Todo apunta a que hace más frío”, explica uno de los expertos. El Vaticano no ha tardado en apuntar que “todo esto nosotros ya venimos diciéndolo desde hace tiempo. No solamente hay vida después de la muerte, sino que hay una vida eterna gloriosa para quienes amen a Dios”. Los científicos, sin embargo, esperan encontrar más pruebas rigurosas “y no simples supersticiones”.

Para poder tomar muestras valiosas del hábitat postmortem, los investigadores han tenido que sacrificar 36 ratas de laboratorio y un conejo, que murieron lentamente para permitir un “aterrizaje” gradual en lo que viene después de la muerte, sin destruir ni contaminar la zona. “Es un mal necesario si queremos descubrir qué nos depara el más allá” argumenta Peter Brennent, máximo responsable del hallazgo. Tanto la Curia Vaticana como las protectoras de animales han criticado esta metodología: “Por no dignarse a leer la Biblia, por no creer que la resurrección de Cristo es ya una evidencia suficiente, han tenido que morir absurdamente estas pobres criaturas”, se lamentaba el propio Benedicto XVI.

No se ha detectado cobertura con ninguna compañía

La presencia de agua tras la muerte es compatible con la existencia de formas de vida microscópicas, que los científicos consideran “bastante probable”, pero no está tan claro que en este entorno aparentemente árido pueda haber catedráticos, ingenieros o personas con estudios superiores en general. Tampoco se ha conseguido cobertura telefónica de ningún tipo, ni siquiera con un modem Wanadoo de 56,6 Kbps, considerado “una de las formas más primitivas de conexión de datos”.

La conclusión a la que se ha llegado es, en términos generales, que “la vida después de la muerte nos brinda un entorno muy parecido a un descampado como el que puede encontrarse en el término municipal de Hoz de Valdivielso, en Burgos. Es un lugar sin mucho movimiento, con apenas gente, y de vez en cuando alguna racha molesta de viento”, explica Brennent.

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