martes, 2 de agosto de 2011

Troyanos

En términos astronómicos un troyano no es más que un asteroide que sigue la misma órbita que algún astro, manteniéndose en puntos estables por delante o por detrás de este. Lógicamente, si siempre guían o siguen a dichos cuerpos nunca colisionan con ellos. Muchos astros del Sistema Solar comparten órbitas con troyanos; al parecer también nuestro planeta.

Los troyanos son muy pequeños y desde la perspectiva de la Tierra aparecen muy cercanos al Sol. Son cuerpos del día, lo que dificulta que puedan ser detectados. Sin embargo, el telescopio WISE, preparado tecnológicamente para obtener nuevos puntos de vista, logró captar un objeto tal, cuya órbita lo lleva más lejos del Sol de lo que es frecuente entre los troyanos.

Las dimensiones de este troyano denominado 2010 TK7 son bajas: 300 metros de diámetro. Se mueve manteniendo un movimiento estable de acuerdo al plano orbital terrestre, aunque por momentos puede bajar o subir el nivel. La Tierra le sirve de guía, con una diferencia de 80 millones de km. Su órbita está perfectamente definida, por lo que no hay nada que temer.

Los asteroides troyanos giran en tono a pozos de gravedad estables llamados puntos de Lagrange. Por lo general, no se mueven tan lejos de estos puntos, los que se encuentran a 60 grados entre el Sol y la Tierra. Pero 2010 TK7 tiene una órbita inusual que lo lleva a una distancia del Sol de 90 grados.

La órbita de la Tierra es compartida por varios objetos, todos son futuros candidatos para realizar exploraciones robóticas o humanas, con excepción de 2010 TK7 pues llegar allí, dado su ocasional desplazamiento vertical, exigiría mucho combustible.

No hay comentarios :

Publicar un comentario